19 nov 2014

Maléfica, el Mal reinterpretado

Advertencia de spoiler: Éste texto contiene descripciones sobre 
escenas y elementos de la película Maléfica de Walt Disney Productions, Inc., 
se recomienda ver la cinta antes de leer el texto.

Disney ha sacado otra versión del cuento de hadas de la Bella Durmiente, ésta a partir de la visión de la antagonista: Maléfica. ¿Qué nos podría aportar la versión de la antagonista a la base ideológica de todos los cuentos que Disney lleva al cine? Ésta reinterpretación del cuento está llena de ideas nuevas tanto obvias como ocultas dentro de la trama que, como lo fue en su tiempo Shrek, puede sentar las bases para un cambio de paradigmas sobre la concepción y el mensaje de cada cuento de hadas o historia sobre héroes que surja a partir de ahora.

¿Porqué identificarnos con el antagonista? ¿Porqué hacer empatía con aquel personaje que impide al héroe lograr sus objetivos? Si bien la ausencia del antagonista facilitaría las cosas, no habría aprendizaje o autodescubrimiento alguno por parte del héroe. ¿Qué es lo que le impide ahora al antagonista poner obstáculos al héroe? El bien no está necesariamente para eliminar el mal, el bien trasciende al mal por medio de la virtud, las habilidades y el esfuerzo. En el momento que el bien decide exterminar el mal innecesariamente se podría cuestionar el papel del bien. Es una idea que permea en la historia de Maléfica, el rey del lugar vecino  ambiciona el lugar donde habitan los seres mágicos y Maléfica, quien lo defiende en contra de éste. Los papeles de bien y mal parecen trastocarse. La realeza ya no es el ejemplo virtuoso a seguir, es como el más vil de los hombres, ambiciona y no duda en usar la violencia para obtenerlo.

La presentación de Maléfica-niña es en un contexto muy distinto a la cinta original de Disney de 1959, no vive en un lugar parecido a la Montaña prohibida sino en el lugar de los seres mágicos (El Páramo), un lugar bello y luminoso, sin mostrar directamente la autoridad que pudiera tener Maléfica, se muestra como la defensora del lugar. También es la única creatura antropomórfica incluso en tamaño, lo que las hadas no lo tienen. Se le muestra con cuernos e incluso con alas parecidas a las de un águila aunque con una uña, como un medio camino entre alas de ángel y las de un demonio (murciélago). A diferencia de la Maléfica original, se omiten los adornos que sugieren la apariencia de dragón aunque se conserven los cuernos. El báculo se explica para equilibrarse luego que pierde las alas, debido a su furia el Páramo se oscurece, estableciendo cierto reino que se cierra totalmente al reino humano. El muro de espinas es reubicado alrededor del Páramo para defenderlo de éstos.

A pesar de defender el Páramo establece contacto con Stefan, el niño que entra e intenta llevarse un cristal del lugar. Como una forma de que ambos reinos pudieran conciliarse, Maléfica y Stefan establecen una relación cuasi-erótica, Stefan muestra cada vez más los rasgos del ser humano ambicioso y deja de visitarla. Es hasta que el rey Henry encarga la misión de matar a Maléfica y así poder poseer el Páramo que Stefan decide sacrificar esa relación por obtener la corona. Los humanos ya no son seres virtuosos que combaten a los seres de oscuridad. El Rey, figura de autoridad y ejemplo de virtud para su reino, se llena de rencor por no obtener el Páramo, confabula para conquistar mientras que Maléfica es quien conserva cierta inocencia, la pérdida de sus alas pareciera justificar su enojo y la maldad que se le asociara al personaje.

El Diccionario de la lengua española (DRAE) nos dice que maléfico(a) es alguien que perjudica y hace daño a alguien con maleficios, es capaz de ocasionar daño o una persona que practica hechicerías. Si nombre es destino y partiendo también de la película animada. ¿Cómo es que alguien con ese nombre se nos presenta en esta historia como alguien lleno de bondad? En la película original, Maléfica persigue y busca a Aurora por todos los rincones, manda a sus esbirros a encontrarla y quizá matarla. Es el personaje antagónico y malvado que conspira contra el logro de los objetivos de las hadas madrinas y los padres de Aurora. Su nombre rompe con la intención de la película, mostrarla como la heroína del cuento, su versión de los hechos que al final ni siquiera es su versión, como veremos más adelante. Ese es el reto de los escritores y el gancho que nos lleva a ver la cinta: ¿cómo es que hay una película dedicada al antagonista? ¿Cómo va a ser?

Maléfica sólo tiene un aliado en ésta cinta: Diaval, un cuervo que rescata de un cazador. Su deber de protectora de los animales mágicos parece llevarla a rescatarlo, lo cual hace que éste quede en deuda y sea su vigilante y mano derecha. Fuera de él ningún otro ser le ayuda en su venganza contra Stefan a menos que sea para defender el Páramo.

En la cinta original las hadas madrinas cuidan muy bien a Aurora durante los 16 años y menos un día antes que pueda ser rota la maldición, todo esto sin usar magia. En esta cinta se hace énfasis en la torpeza de las hadas, incluso su simpleza y cierta estupidez bienintencionada, dando visos a Los Tres Chiflados. Con la ineficiencia de las hadas buenas, no le queda más remedio a Maléfica que cuidar ella a la niña a ocultas de las hadas, si bien Aurora es la forma de vengarse de Stefan por el engaño y el robo de sus alas, tiene que hacer que su maldición prospere y no sea torpemente ayudada por la estupidez de las hadas a que la niña muera de hambre. Se muestra pues que de tanto rescatar y ayudar a Aurora en su infancia, con su inocencia, la “bestia”, se ha ganado el corazón de Maléfica y así la lleva a conocer el Páramo y sus habitantes. Aurora acaba creyendo que ella es su hada madrina. Sumado a esto, tenemos al Príncipe Felipe, casi de la edad de Aurora, puesto como un adolescente también torpe y algo distraído, de acuerdo a la moda actual de mostrar la inutilidad y la torpeza de quien tocaría salvar la historia, lejos de las cualidades que podría tener todo héroe de cuento, incluso aunque fuera una princesa. Felipe conoce a Aurora pero no se enamora de ella, todo queda en un encuentro casual y simple, si pudimos pensar en “amor verdadero”, es inútil, como cualquier símbolo del bien en ésta historia. Ni siquiera sirve el beso de Felipe para despertar a Aurora, no es un beso de amor, mucho menos uno de amor verdadero. Hasta aquí todos los esfuerzos de Maléfica por deshacer su maldición no funcionan, hasta que ella besa a la princesa ¿es un beso materno? Su beso es el que da resultado, por lo tanto es de amor verdadero, ¿el de una amiga, de una protectora, de una exbruja malvada? La idea del despertar sexual de la mujer a los dieciséis años, como lo acostumbran los norteamericanos, se cambia por la idea de la maldad redimida a través de un asunto de territorios. Si no es un beso erótico ¿entonces qué connotación tiene aquí? El de una nueva relación entre reinos nacida del odio hacia Stefan y ahora Aurora ya no es el medio para lastimarlo, hay que devolver el golpe con quien realmente fue recibido. El objetivo siempre había sido él y no Aurora.

La imagen de Maléfica en la cinta animada recordaba un poco a un dragón como mencionábamos más arriba, en el cual se convierte para la última batalla con el príncipe Felipe. Aquí no se molesta en hacerlo, ella no es el dragón, convierte al cuervo, sin embargo el rey Stefan ha estado preparándose de forma paranoica desde hacía años, dando buena batalla a Maléfica. Con la ayuda de Aurora, Maléfica logra recuperar sus alas, su poder total, y terminar con el antagonista de esta historia, empujado a morir por su odio y resentimiento hacia Maléfica.

Así, pues, como debió ser desde el principio, el reino de los humanos y el reino de los seres mágicos pueden convivir en paz gracias a la amistad que surge entre Maléfica y Aurora, quien es la voz que ha narrado la historia, ya no desde la princesa en apuros, sino como una especie de síndrome de Estocolmo pues narra la “verdadera” versión de la historia de La Bella Durmiente donde Maléfica no es tan maléfica, fue su verdadera hada madrina. Pareciera que ahora justificamos la maldad, la hemos interpretado mal, un error de percepción nuestro.

Si bien cada historia tiene más de dos versiones, a partir del protagonista y el antagonista ¿seríamos capaces de hablar por nuestro antagonista y excusarlo de querer alejarnos de nuestros objetivos? ¿Podríamos excusar a la maldad pura? Se nos han acabado los héroes y sus historias, ahora hay que poner a los malvados a hacer cosas buenas que parezcan malas porque las otras ya no funcionan.

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